Eres fiel
y compañera,
siempre regresas
aunque no quiera.
Amiga soledad
me arrullas
como un niño.
Tu sombra me acompaña
estirada, agazapada.
A veces me engañas
cuando creo que al fin
te has ido,
insistente vuelves
sumiendome en el frio.
No voy a pelear,
me rindo
este es tu lugar
quedate conmigo.
Me gusta la fuerza de tu poesía.. un gusto leerte..
ResponderEliminarUn abrazo
Saludos fraternos...
Gracias Adolfo. Un gusto que me visites.
ResponderEliminarOtro abrazo para vos.
Muy lindo lo que escribiste y cómo lo escribiste.
ResponderEliminarY sí, a veces la soledad puede ser una amiga...
Un abrazo.
A veces uno elige la soledad, otras se impone sin nuestro permiso.
ResponderEliminarUn beso dondelohabredejado.