sábado, 29 de enero de 2011

Amor prohibido

Era un amor imposible. Una locura. El lo sabía. Pero con solo verla lograba olvidarse de su esposa, sus hijos, su brillante carrera, su futuro promisorio… Con sus treinta y dos años se sentía un adolescente como ella, una pasión desconocida lo envolvía, lo torturaba…

Ella era una flor que empezaba a florecer, un ángel que se había cruzado en su vida, que le robaba el sueño, le quitaba el apetito, lo provocaba a soñar que era posible…

Ludmila, a sus quince años veía a su profesor de día y de noche. Durante  las mañanas lo veía en la escuela, y por las noches, no faltaba a ninguno de sus sueños. Carlos era un hombre muy atractivo, de risa fácil y contagiosa, de mirada clara… 
Nadie podía saber su secreto, no serian capaces de entenderla, ni sus amigas, ni sus padres, ni sus hermanos.

Un día al salir de la escuela, se tropezaron en la entrada. Se miraron en silencio, y sus ojos hablaron por ellos. No podían quedarse así mucho tiempo sin llamar la atención, así que Ludmila tomo la iniciativa y le pidió verse mas tarde. Carlos sabía que debía negarse, pero la razón en ese momento no logro imponerse.

A las cinco de la tarde se encontraron en una plaza, un poco alejada del barrio, para no correr riesgos. Se miraron, hablaron, se confesaron, se tocaron, se amaron…
Fuegos artificiales multicolores encendieron sus corazones enamorados, ardientes de pasión.

Esa misma noche lo hicieron. Se escaparon juntos a vivir su amor prohibido, con rumbo desconocido.

2 comentarios :

  1. Ayyyyy, me da cosaaaa.
    Disculpame, sé que mi comentario puede ser tomado mal... no suelo tener prejuicios de ningún tipo y creo en el amor por sobre todas las cosas, pero...
    Quince años, es una nena!!!
    Los docentes suelen tener un lugar de mucho poder y sus alumnos pueden fantasear o enamorarse de ellos.
    Yo creo que un docente no debe de ningun modo tener una relación con un adolescente. Me parece bien que esté prohibido.
    Bueno, ahora podés tirarme con tomates, si queres, ja ja ja ja pero te dije lo que siento.
    Un abrazo, nena.

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  2. Tenes razon, no dije que me parecia bien, simplemente imagine un hecho asi y lo plasme en el cuento. Lo que pasa es que los sentimientos no se manejan con la facilidad que uno quisiera, y los tomates prefiero dejarlos para la ensalada.
    Un besito

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