domingo, 21 de septiembre de 2014

Una nueva amiga

Abrí la canilla y los escuché. Otra vez los vecinos discutiendo pensé. Cerré el grifo y las voces cesaron. Seguí llenando el recipiente y nuevamente los gritos. Estuve así un rato, abriendo y cerrando el agua, y las voces se escuchaban o cesaban en consonancia. Me reí por el sentido de la oportunidad de mis vecinos. Decidí subir para pedirles que se callaran. Golpeé suavemente la puerta. Nada. Golpeé más fuerte. Silencio. Toqué el timbre, primero delicadamente, luego con mayor insistencia. Mutis. La vecina del tercero "B" salió a ver que pasaba. Me informó que mis vecinos  habían salido ayer de vacaciones con los chicos. Ante mi cara de asombro me informó que ella era la encargada de regar las plantas y le dejaron la llave. Lo dijo con orgullo, ya que la última vez que se fueron me habían dejado a mi esa tarea y al volver tenían todas las macetas mustias.
Volví a mi departamento y me acerqué a la pileta. Me quedé allí parada sin saber qué hacer. Me regañé mentalmente y juntando coraje abrí rápidamente la canilla. Las voces volvieron a retumbar en mi cocina. No estaba loca, se escuchaba claramente una discusión de pareja. Acerqué mi oído lo más que pude y confirmé sin dudas que las voces provenían de allí.
¡Ey!  – dije- ¿Quién anda ahí?
Esta vez las voces cesaron sin haber cerrado la canilla.
¡Contesten! Quienes son ustedes?
Las voces regresaron, esta vez en un murmullo apagado, me costaba distinguir lo que decían, aunque se trataba claramente de un reproche.
Seguí allí, hablándole a una canilla, insistiendo, rogando un rato largo, hasta que finalmente una voz femenina me contestó. Al principio me quedé helada, luego me fui relajando y comenzamos a charlar animadamente. Ella me contó sus problemas, me habló de su rutina, del ex marido, que por suerte  ya se había ido, me habló de su trabajo... Ella también tenía vecinos insoportables. Nuestra vida era bastante similar, si obviamos el detalle que ella vivía adentro de una canilla en mi cocina.

11 comentarios :

  1. Cuanta imaginación, me esperaba como siempre un desenlace diferente, algo como almas errantes. En Enero yo escuché ruidos en la campana de humos, y pensé que la vecina estaba limpiando. Pero me asusté y confirmando que el ruido de patitas arañaba mi campana, prendí el interruptor y algo en el motor me hizo estremecer. El técnico desarmo cuatro días después todo el motor y dentro estaba aquel gorrión muerto.....

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  2. El final se me dio asi, pense otros, sin embargo me quede con este. Me parecio que transmitia mejor mi mensaje.
    Con respecto al gorrión, que pena...
    Besos

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  3. Cada vez me sorprendes más y mejor.
    Muy bien!!!

    Un 10

    Besos.

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  4. Aquí valdría aquello de que en todos sitios cuecen habas...
    Por mucho que ese sitio sea la canilla del agua!
    :)
    Siempre sorprendentes tus relatos.
    Besos.

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  5. jajajaja Me ha encantado. He estado pendiente del final. :)
    Besazo

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  6. Veo que sigues en tu línea. Jeje, me encanta volver a leerte, amiga.
    Un abrazo

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