-¡Furia! eso es lo que irradio. ¿Cómo te atreves a aparecerte frente a mi, así sin más? Soy yo quien decido cuándo y cómo. No ha llegado tu hora.
Lo miré tomando conciencia de pronto de lo que había hecho. Comprendí demasiado tarde mi osadía. Aún así quería presentarle mis argumentos, a mi modo de ver lo suficientemente poderosos y justificados.
- Con todo respeto, dije en una voz aguda que denotaba mis nervios, no podía seguir tolerándolo más... El universo se ha convertido en un lugar hostil, cruel. Viví durante más de un mes bajo el ataque de misiles, el mundo le cree a los terroristas, la muerte es el idioma diario, si no es por la guerra, es por robos o conductores borrachos, se decapitan inocentes sin que nadie haga lo suficiente por impedirlo. Es más de lo que puedo soportar. Sé hace mucho tiempo que la vida no es un lecho de rosas, que debemos superar obstáculos, dificultades y pérdidas, pero esto es demasiado para mí. No es este el mundo en el que quiero vivir, donde la indiferencia, la hostilidad, el egoísmo reinan.
-¡Que impertinencia la tuya! ¿Hablarme asi a mi?
Bajé la cabeza como respuesta. E inmediatamente la subí y lo miré directamente a los ojos.
-¡Creeme que no puedo más! - casi grité. ¿En que nos hemos convertido? ---¿Cómo puedo seguir mirando a la cara a mis hijos ? No los traje al mundo para esto...
El me miró indignado, nadie le hablaba asi, era evidente que estaba desbordada.
Se quedó callado y me pregunté si estaría pensando. No me animaba a hablarle, había sido demasiado insolente.
Los minutos pasaban en silencio. Finalmente me dijo:
- Entiendo tus razones, aún asi no puedes venir aquí cuando quieras, hay un orden natural que no puedes alterar.
- Me cuesta mucho entender tu "orden natural" cuando padres deben enterrar a sus hijos por muertes absurdas, cuando el terrorismo avanza y crece sin freno, cuando ...
Su mirada me penetró como hielo lacerante en mis cansadas pupilas. me quedé callada.
-No sos quién para cuestionarme. Te lo advierto, debes volver ahora mismo.
- ¿Qué pasa si no quiero?
- ¿Desde cuando esa rebeld¬ía? Te desconozco.
El tenía razón, siempre fui una mujer fácil de tratar, dócil hasta cierto punto. Sentía que había llegado a mi límite. ¿Para que seguir viviendo?
- No debes decidir eso. Evidentemente sabía lo que estaba pensando sin necesidad de pronunciar palabra. Por algo era quien era.
- Dame un motivo, una sola razón por la que volver...
Tomo mi mano, y me llevo a una ventana. Miré hacia abajo y vi mi casa, mi familia. Todos estaban llorando, mis hijos, Juan, y un montón de gente más que al principio no reconocí. Compañeros de trabajo, amigos, vecinos, clientes... Lo miré y le dije : eso no es suficiente. Llorarán un día o dos, en el mejor de los casos algunos de ellos, tal vez mi familia un poco más. Luego retomarán su vida, y seguirán sin mí.
El me miró enojado. No esperaba esta resistencia de mi parte.
Al darme vuelta me encontré con ellos. Esto si que no me lo esperaba. Fui corriendo y los abracé como hacía tiempo necesitaba hacerlo. Mis padres me acariciaron la cabeza, el rostro, unas sonrisas tristes apenas los iluminaban.
¿Qué pasa?– pregunté. ¿No están contentos de verme?
Claro que nos alegra verte dijeron, pero no debieras estar acá. No todavía.
Ellos te necesitan.
Esas palabras quedaron revoloteando en el aire, como mariposas fugaces. Ellos te necesitan. Ellos te necesitan. Ellos te necesitan. Las lágrimas anegaron mis pupilas, ya no fui capaz de seguir negándolo. Aún me queda mucho por hacer.
Abracé a mis padres por última vez, sabiendo que los volvería a encontrar algún día, cuando llegara el momento.
Me despertó Juan haciéndome cosquillas con su incipiente barba de un día. Cuando abrí los ojos me miró preocupado.
Secó una lágrima que caía por mi cara, una de muchas...
- ¿ Qué pasa amor?
- Nada, estoy bien. En mi cabeza retumbaban palabras que no comprendí : ellos te necesitan...
Volviste con un relato muy intenso y muy real. Que lleguen tiempos de paz!!!!
ResponderEliminarun beso
Asi es Karin, ojalá asi sea.
EliminarBesos
Me ha dado mucha pena.
ResponderEliminarBesos.
Da pena, si Toro.
EliminarBeso