domingo, 6 de enero de 2013

El peluquero



Las confidencias fueron la clave. Nunca dejo de sorprenderme a mí mismo, es más, creo ser un caso único en la historia, sino díganme ustedes cuántas personas conocen que se enamoran de otra con lo que le cuentan de ella?
Los encuentros siempre fueron casuales, imprevistos. Jamás me animé a decirle nada, aunque bastaba su cercanía para que mi corazón se acelerase, mis manos comenzaran a transpirar, y su sola presencia me ponía nervioso. Para mí fue sencillamente increíble aceptarlo, ya que hasta ese momento desconocía que una persona así pudiera atraerme tanto. Mi sangre se alborotaba, me quedaba horas callado, pensando en cómo serían sus besos, sus caricias... Me enamoré de su juventud, de sus sueños, de sus proyectos para la vida, de su simpatía, de su sonrisa... Supe desde un principio que lo nuestro era imposible, aun así no pude evitar enamorarme como un adolescente a pesar de mis cuarenta y ocho años.
Cuando entraba en la peluquería mis mejillas se sonrosaban, me volvía torpe en un estúpido intento de que me viera atractivo, irresistible, cautivante...

Entró al local sumamente alterado, llevaba un arma en su mano. En  ese instante comprendí todo, demasiado tarde. Primero le disparó a su mujer, y cuando me apuntó a mí, de nada sirvió que le confesara cuanto lo amaba...

15 comentarios :

  1. Es que hay amores que matan...
    Literalmente.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. El amor a veces se vuelve obsesion

    ResponderEliminar
  4. Hummm que equivocación. Bien logrado Gabriela
    Abrazo

    ResponderEliminar
  5. Es que hay que ver dónde se pone el ojo :D
    Inquietante y buen relato.
    Besazo

    ResponderEliminar
  6. Mucho muy buen relato!!!
    Abrazo y feliz comienzo de semana.

    ResponderEliminar
  7. Esperaba un final feliz. Hija, me has dejado... Seguiré esperando, que el año acaba de empezar.
    Un besote

    ResponderEliminar
  8. Nunca se sabe por donde va a discurrir el amor.
    Bueno, bueno, bueno de verdad.
    Besos.

    ResponderEliminar

Gracias por dejarme tu comentario :)