miércoles, 6 de febrero de 2013

Vivir en el infierno



Los rayos de sol se colaban caprichosos.. Nos sentamos en una esquina, alejadas del resto. Si no fuera por donde nos encontrabamos podria decirse que dos amigas se sentaban a disfrutar de una charla amena.
- ¿Cómo se transforma una en asesina?
La pregunta rebotó entre nosotras como una pelota lanzada con violencia. Miré a Silvia estudiando su rostro grisáceo y apagado. A otra persona no le hubiera permitido esa pregunta. Llegó hace unos seis meses atrás y si no la hubiera acogido bajo mi protección hoy no estariamos charlando. Es sumamente vulnerable.
- ¿Como se transforma una en ladrona? le espeté.
- No me vas a comparar - dijo y enseguida un rayo de arrepentimiento atravesó sus ojos verdes.
Me quedé callada un momento, acomodando las ideas en mi mente que pujaban unas a otras por salir.
Guillermo era un hombre cruel, despiadado. Al principio todo iba bien, hasta que una camisa quemada desencadenó su furia. Tomó la plancha hirviendo y la apoyó en mi espalda. No puedo describirte el dolor que sentí. Noches enteras tuve que dormir boca abajo hasta que mi piel cicatrizó. La marca nunca se borró.
- La vi en las duchas, nunca me atreví a preguntarte...
Ese fue sólo el comienzo, golpes de puño, sopapos, humillaciones, quemaduras de cigarrillos en brazos y piernas, insultos , amenazas fueron mi plato diario. Temblaba con solo verlo, y un odio visceral fue creciendo en mi interior. No lo planeé, te lo juró. Simplemente cuando se presentó la oportunidad no lo dudé. Su violencia no tenia limites, ni siquiera se arrepentia ni pedia perdón. El se creia superior a nosotros, porque nos mantenia. Eso le daba derecho a maltratarnos.
- ¿Les pegaba a tus hijos?
- Los insultaba, los escupía, los castigaba encerrándolos horas en el baño...
Esa mañana los chicos no estaban en casa. Guillermo pidió que le cebara unos mates. Me había olvidado de comprar yerba. Cuando vio que tomaba la cartera para ir a comprar comenzó a insultarme. Sabia que de nada serviria excusarme, él no entendia razones. Sus ojos eran rojos, bañados en ira. Miré para todos lados buscando una salida. Tenia miedo, mucho miedo. Comenzó a acercarse con el brazo en alto, preparado para lastimarme. Fui hacia atras, me topé con la mesada. No tenia escapatoria. Mi mano encontro un cuchillo, que tomé sin pensar. Cuando estaba a punto de golpearme clavé el cuchillo en su pecho con toda la fuerza de la que fui capaz. Cayó al suelo y volvi a clavarlo, esta vez en su espalda, en los brazos, hasta que cai rendida a su lado.
- ¿Estas arrepentida Maria?
No, desde luego que no. Lo volveria a hacer. Prefiero estar aqui encerrada que  vivir el resto de mi vida en el infierno junto al mismisimo diablo.

Cualquier parecido con la realidad es pura coinicidencia...

12 comentarios :

  1. Qué triste!
    Pues yo la indulto.
    Lo siento, pero a veces la muerte me parece poco castigo.
    Un abrazo, amiga.

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    1. No es tan sencillo, amig@mi@,la ley es más compleja. No podemos alentar hacer justicia por mano propia, hay organimos que ayudan a mujeres golpeadas. No niego que es muy difícil animarse a dar el paso, pero eso es lo correcto, no matar. Aunque existen situaciones límites...
      Un abrazo :)

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  2. Hizo bien.
    Muerto el perro muerta la rabia.

    Besos.

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    1. Hizo lo que pudo para salvar su vida, pero murio este perro, hay tantos otros sueltos...
      Besos

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  3. Cuantas historias como esta...

    Yo también lo hubiese hecho, creo.

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    1. Es difícil ponerse en el lugar del otro, pero es cierto que hay demasiadas historias de este tipo, lamentablemente.
      Besos

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  4. Gabriela, triste relato, casi diría cotidiano. La violencia de género va en aumento y solo conocemos parte de ella, de las que se atreven a hablar o descargar contra energúmenos que se la dan de machistas y no son más que cobardes que no quieren reconocer su incapacidad de ser hombres. Hacen faltas varias Silvias con los ovarios bien puestos para que éstos violentos pensaran dos veces antes de actuar, creo que es defensa propia y la justifico aunque la justicia la condene.

    Abrazo.

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    1. Si Roberto, el tema es complejo, y muy cotidiano lamentablemente.
      Abrazo

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  5. Lo que hizo Silvia es muy entendible. Algunas mujeres logran escapar del maltrato pero el maltratador sigue alli, suelto.
    Beso

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    1. Si, es cierto Di, pero Silvia perdió su libertad.( No que antes fuera muy libre que digamos con un marido asi)
      Besos

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  6. Yo también preferiría vivir encerrada que en ese infierno.
    Hay situacines que son mil veces peores que la carcel.
    Besazo

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    1. Son situaciones límite y es difícil saber como actuaríamos...
      Beso

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