viernes, 14 de diciembre de 2012

Una tarde maldita


Su piel era tan blanca, tan suave, tan tersa. Su aroma lo envolvía, lo atraía como un imán. No pensó que estaba mal lo que sentía, no censuró esa atracción que ella le provocaba.  Aprovechó una tarde en que se habían quedado solos. La llamó y comenzó a excitarse con solo verla aparecer. Era tierna, dulce, angelical. Un cosquilleo en su ingle desencadenó lo que tanto tiempo había soñado, hacerla suya, poseerla, ser su primer y único dueño.
El mundo rosa, mullido, acogedor se transformó en un instante en una caverna fría y oscura. No comprendió porque, no sabía qué hacer con ese dolor que la desgarraba por dentro. Quería gritar, mas su grito quedó petrificado bajo su peso, su fuerza, estrellándose y haciéndose añicos, como un espejo roto en mil pedazos. Y cada uno de esos vidrios se incrustaba a un mismo tiempo, provocando un dolor indescriptible. Le dolía el cuerpo, si, y le dolía más la decepción, la sorpresa, el derrumbe de su vida.
No sabía a quién acudir, él le había asegurado que nadie le creería, que la tomarían por loca, que la encerrarían… No supo qué hacer, por algún motivo le creía, a la vez que le temía. Su alegría la había abandonado aquella tarde para siempre. Nunca más volvió a sonreír. Se limitaba a hacer todo lo que esperaban de ella, era como si viviera en piloto automático.
La escena se repitió una y otra vez. Durante seis largos años. Seis largos años que le fueron robados, ultrajados, asfixiados. Seis largos años de almohadas empapadas, de sueños aplastados, de inocencia arrebatada. Seis largos años que ella tomó un día entre sus manos temblorosas y tomó una decisión  definitiva.
Cuando abrió la puerta se sorprendió de ver a dos policías. Traían una orden de arresto. Las palabras comenzaron a hacer piruetas en el aire, dejó de escucharlas, sólo algunas sueltas llegaban a sus oídos…denuncia… acompañar…tiene derecho… callado….en su contra…Su cerebro se negaba a  cooperar, ¡no era posible! Le estallaba la cabeza que se tomó con ambas manos, no, no era cierto, su chiquita, su propia hija lo había denunciado.

21 comentarios :

  1. Trabajé unos años en protección de menores y puedo asegurarte que la mayoría de abusos sexuales son producidos por los propios familiares.
    Lo que ocurre es que muchas veces no se denuncian para proteger al monstruo, sea el padre, el hermano, el tío o el abuelo... y es que suelen ser hombres quienes los perpetran.

    Besos.

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  2. Gamir, un excelente escrito donde encontramos una cruda verdad que a veces se calla por temor, otras por ignorancia... y otras por complicidad o falta de compromiso con la sociedad.
    Muy interesante lo que has publicado en forma de relato, gracias.

    Un abrazo.

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  3. impresionante escrito. Consigues de una manera muy impactante hacernos sentir la situación y el dolor que esta transmite.

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  4. Me pareció increíble la forma que escribes, excelente historia y éxitos en todo :D

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  5. Y tan frecuente, la mayoría de los abusos son en el hogar. Menos mal que tu protagonista finalmente denunció y no se convirtió en victimaria, haciendo justicia por su propia mano, que la cárcel está llena de casos de estos.
    Un gran abrazo.

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    1. Es un mensaje Sara, que a pesar del miedo, de lo increible de estos casos las mujeres se animen y denuncien.
      Besos

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  6. Un relato cargado de pinceladas de la más cruda de las realidades. Cuando el hombre deja asomar su instinto más animal se hace temer.
    Una experiencia contra la que hay que luchar, amiga
    Abrazos

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    1. Claro que si amig@mi@, luchar con las armas que tenemos, en este caso, nuestras letras.
      Besos

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  7. Excelente entrada, muy cruda como la realidad a la que hay que hacerle frente.
    Un beso

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  8. Siempre he pensado que hay mucho más abuso callado que denunciado, sobre todo en niñ@s. Son los más vulnerables y deberían de ser los más protegidos. Nunca lo he entendido.
    Besazo

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    1. Es realmente difícil de entender, asimilar que tantos niños padezcan este tipo de abusos.
      Besos Dolega :)

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  9. Pobre chica cuanto dolor en la humillación y cuando valor en la denuncia
    Abrazo

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  10. Uff! Qué fuerte, que fortaleza la de la chica. Muy bien escrito. Aprovecho para desearte una feliz Navidad. Alegria, salud y bendiciones!!

    un abrazo!

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  11. Gracias Abuela Ciber.
    Lo mejor para vos tambien :)

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