Su piel era tan
blanca, tan suave, tan tersa. Su aroma lo envolvía, lo atraía como un imán. No
pensó que estaba mal lo que sentía, no censuró esa atracción que ella le
provocaba. Aprovechó una tarde en que se
habían quedado solos. La llamó y comenzó a excitarse con solo verla aparecer.
Era tierna, dulce, angelical. Un cosquilleo en su ingle desencadenó lo que
tanto tiempo había soñado, hacerla suya, poseerla, ser su primer y único dueño.
El mundo rosa,
mullido, acogedor se transformó en un instante en una caverna fría y oscura. No
comprendió porque, no sabía qué hacer con ese dolor que la desgarraba por
dentro. Quería gritar, mas su grito quedó petrificado bajo su peso, su fuerza, estrellándose
y haciéndose añicos, como un espejo roto en mil pedazos. Y cada uno de esos
vidrios se incrustaba a un mismo tiempo, provocando un dolor indescriptible. Le
dolía el cuerpo, si, y le dolía más la decepción, la sorpresa, el derrumbe de su
vida.
No sabía a quién
acudir, él le había asegurado que nadie le creería, que la tomarían por loca,
que la encerrarían… No supo qué hacer, por algún motivo le creía, a la vez que
le temía. Su alegría la había abandonado aquella tarde para siempre. Nunca más volvió
a sonreír. Se limitaba a hacer todo lo que esperaban de ella, era como si
viviera en piloto automático.
La escena se repitió
una y otra vez. Durante seis largos años. Seis largos años que le fueron
robados, ultrajados, asfixiados. Seis largos años de almohadas empapadas, de
sueños aplastados, de inocencia arrebatada. Seis largos años que ella tomó un
día entre sus manos temblorosas y tomó una decisión definitiva.
Cuando abrió la
puerta se sorprendió de ver a dos policías. Traían una orden de arresto. Las
palabras comenzaron a hacer piruetas en el aire, dejó de escucharlas, sólo
algunas sueltas llegaban a sus oídos…denuncia… acompañar…tiene derecho… callado….en
su contra…Su cerebro se negaba a
cooperar, ¡no era posible! Le estallaba la cabeza que se tomó con ambas
manos, no, no era cierto, su chiquita, su propia hija lo había denunciado.
Trabajé unos años en protección de menores y puedo asegurarte que la mayoría de abusos sexuales son producidos por los propios familiares.
ResponderEliminarLo que ocurre es que muchas veces no se denuncian para proteger al monstruo, sea el padre, el hermano, el tío o el abuelo... y es que suelen ser hombres quienes los perpetran.
Besos.
Se que esto es asi, terriblemente verdad.
EliminarBesos Toro.
Gamir, un excelente escrito donde encontramos una cruda verdad que a veces se calla por temor, otras por ignorancia... y otras por complicidad o falta de compromiso con la sociedad.
ResponderEliminarMuy interesante lo que has publicado en forma de relato, gracias.
Un abrazo.
Gracias a vos Roberto por comentar :)
Eliminarimpresionante escrito. Consigues de una manera muy impactante hacernos sentir la situación y el dolor que esta transmite.
ResponderEliminarGracias Sergio, me alegra haberlo logrado :)
EliminarMe pareció increíble la forma que escribes, excelente historia y éxitos en todo :D
ResponderEliminarGracias Carlos, me alegra mucho :)
EliminarSaludos
Y tan frecuente, la mayoría de los abusos son en el hogar. Menos mal que tu protagonista finalmente denunció y no se convirtió en victimaria, haciendo justicia por su propia mano, que la cárcel está llena de casos de estos.
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Es un mensaje Sara, que a pesar del miedo, de lo increible de estos casos las mujeres se animen y denuncien.
EliminarBesos
Un relato cargado de pinceladas de la más cruda de las realidades. Cuando el hombre deja asomar su instinto más animal se hace temer.
ResponderEliminarUna experiencia contra la que hay que luchar, amiga
Abrazos
Claro que si amig@mi@, luchar con las armas que tenemos, en este caso, nuestras letras.
EliminarBesos
Excelente entrada, muy cruda como la realidad a la que hay que hacerle frente.
ResponderEliminarUn beso
Gracias Hanna.
EliminarBesos
Siempre he pensado que hay mucho más abuso callado que denunciado, sobre todo en niñ@s. Son los más vulnerables y deberían de ser los más protegidos. Nunca lo he entendido.
ResponderEliminarBesazo
Es realmente difícil de entender, asimilar que tantos niños padezcan este tipo de abusos.
EliminarBesos Dolega :)
Pobre chica cuanto dolor en la humillación y cuando valor en la denuncia
ResponderEliminarAbrazo
Asi es, besos Lapislazuli
EliminarUff! Qué fuerte, que fortaleza la de la chica. Muy bien escrito. Aprovecho para desearte una feliz Navidad. Alegria, salud y bendiciones!!
ResponderEliminarun abrazo!
Los mejores deseos para vos Marilyn :)
EliminarGracias Abuela Ciber.
ResponderEliminarLo mejor para vos tambien :)