Las vi llegar. Se sentaron frente a mí. Madre e hija. La hija tan impecablemente vestida, con un pantalón negro ajustado, botas hasta la rodilla, saco negro y camisa lila con un pañuelo anudado al cuello. Llevaba el pelo tirante, peinado para atrás, teñido de color caoba y recogido. Uñas esculpidas, anteojos sin marco. Una mujer interesante y atractiva. Mirando detenidamente a la madre pensé que no era una mujer agraciada, baja y rellenita, con el cutis oscuro y mirada triste. Aunque me sonrió dos veces mientras esperábamos, no podía ocultar su tristeza o ¿seria preocupación?
Les tocó el turno y la enfermera las hizo pasar, a pesar de haber llegado al consultorio después que yo. A los pocos minutos, se abrió la puerta y la enfermera fue presurosa en busca de un vaso de agua, comprendí que no eran buenas noticias.
Pasado un buen rato salieron, la hija hablando por teléfono, angustiada. Pero no pude saber más, ya que llego mi turno. El medico me dio los resultados del estudio y me dijo que todo estaba bien. Respire aliviada. Salí con una sonrisa. Y en el pasillo, cuando me iba, volví a ver a la hija, seguía hablando por teléfono, su rostro era una mueca de dolor, y palabras sueltas me llegaban, en medio de su llanto “estudios”, “análisis”,”tratamientos” “quimioterapia”. Me acompañan aún el eco de sus palabras, y su imagen. Siento como si hubiéramos ido a recibir una sentencia, pero a pesar del veredicto de “culpable” que reciben algunas, somos todas igualmente inocentes.
Que gran verdad...¡somos todas inocentes!
ResponderEliminarHay que crecerse en la adversidad, no queda otra, lo sé por propia experiencia.
Buen finde!
Besos!
Asi es, tenemos pruebas constantemente. A todos nos toca en algun momento.
ResponderEliminarBuen fin de semana para vos tambien Eurice
Qué fuerte lo que escribiste. Tengo amigas pasando por momentos muy feos en cuanto a su salud y te leía y pensaba en ellas.
ResponderEliminarA todos nos toca pasar por puebas en la vida, pero cuando se trata de cuestiones de salud es realmente algo que conmociona. Nos queda tomar lo positivo y hacer los cambios necesarios, con fe, que es lo que nos sostiene siempre.
Te dejo un abrazo grandote.
Si, es fuerte porque es real. Nos toca a todos en algun momento. Se necesita fuerza para salir adelante y el apoyo de los seres queridos.
ResponderEliminarOtro abrazo para vos
Cuando algo grave ocurre alrededor de nuestras vidas, nos preguntamos siempre PORQUE A MI. Pregunta sin respuesta. Algunos se aferran a Dios, esa creación del hombre para explicar lo inexplicable, no tomando en cuenta que es el AZAR el que juega su papel. Como en una ruleta rusa está agazapado a la espera de su próxima víctima. EXCELENTE EL RELATO.
ResponderEliminarDany: No siempre nos preguntamos por qué a mí. A veces tenemos claro que puede sucedernos a todos, y también podemos tener claro que no es cuestión de azar.
ResponderEliminarDetras de cada problema de salud podemos encontrar razones, significaciones, y hasta señales para hacer cambios en nuestras vidas.
No somos víctimas, y nada es casual.
A mí me sirve tener fe, en Dios, en mí misma, en mi actitud y en mi poder... es algo tan personal el tema de las creencias.
Mi humilde opinión, claro. A otros les llegará de diferente manera.
Un abrazo.
Dany,cada una reacciona como puede frente a situaciones difíciles que la vida nos pone en el camino.
ResponderEliminarDondelohabredejado es muy bueno poder hacer cambios en nuestra vida,y aceptar lo que a cada uno le toca.
ResponderEliminarUn beso
Un maravilloso relato.
ResponderEliminarNos ha pasado a muchos...estar cerca y desear ayudar en el dolor.
Palabras duras y momentos difíciles.Lo has escrito mas
que bien.
Mi saluo, Liliana. El a quien ''....Misterio total.
Gracias Liliana. El a quien, no importa tanto, como vos decis lo esencial es estar cerca y ayudar en el dolor.
ResponderEliminarUn beso y nuevamente gracias!