Buenos Aires, 04 de Octubre de 2012
Querida familia:
Siempre le coqueteé, debo admitirlo. Seducido ante su misterio. Añorando la paz que solo ella puede darme. Tuve miedo… hasta hoy. Ahora sé lo quiero, hacia donde me dirijo. ¿Culpas? ¿Remordimientos? ¡Sí! ¡Por supuesto! Aún así sé que estoy haciendo lo correcto, lo único que me queda por hacer.
Durante años me dediqué a darles todo, y más. Viajes, joyas, ropa de las mejores marcas, autos último modelo y todo nuevo capricho que tuvieran. ¿Nunca se les ocurrió pensar como hacía con mi modesto sueldo de empleado bancario? Era más fácil así, no pensar, no preguntar. Sólo recibir y pedir más. Al principio fui prolijo, pequeñas sumas que nadie echaba de menos. Mas ustedes se volvieron más y más demandantes, con una ambición que no tenía limite. Y esa fue justamente mi cruz, el final de una carrera de treinta años de servicio.
No puedo soportar la vergüenza, el rechazo de mis compañeros, las miradas de desprecio de mis padres, incluso ustedes, que no sienten ni siquiera la más mínima culpa de haberme llevado a esto, me miran acusadoramente.
Siempre me pregunte si un suicida era muy valiente o muy cobarde. Valiente para provocar su propia muerte, cobarde por no enfrentar su realidad. Hoy se que no soy valiente ni cobarde, soy simplemente un hombre que se equivocó y no supo decir NO a tiempo.
Los amé y los amo, por eso hice todo lo que hice. Espero algún día sepan comprenderme y puedan perdonarme.
Julio.
GABRIELA,tu relato me llegó muy dentro,una solución desesperada para uns situación preocupante.Me recuerda un suceso que no quiero recordar,por eso le entiendo,demasiado bién.
ResponderEliminarBesos de luz.
Muy triste; pero en vez de querer que los demas lo perdonen, debe el perdonarse asimismo. Muy bueno
ResponderEliminarun abraXo!
Qué empujará a la mente a cometer un acto así. Una carta que seguro que existe, en algún lugar, en algún tiempo...
ResponderEliminarTriste, pero bello.
Un abrazo
No es motivo para suicidarse.
ResponderEliminarBesos.
Es importantisimo saber decir que no a tiempo. Pobre hombre!
ResponderEliminarun beso
Pobre hombre, dejarse llevar hasta la muerte
ResponderEliminarUn abrazo
A veces estos actos son totalmente impulsivos y las consecuencias de los impulsos ya se saben. Un besote.
ResponderEliminarNo podría calificar ni de cobarde ni de valiente... Creo que hay momentos en los que las decisiones se toman sin madurar ni sopesar pros y contras.
ResponderEliminarGenial y dura historia... ¡Me encantó!
Besos.
Hola Gabriela, cuantos veces por conformar a todos, se olvidan de nosotros. Excelente carta relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Entiendo Morgana, si bien esto que escribí es ficción pura, imagino que habra casos asi.
ResponderEliminarBesos
El no pudo perdonarse, por eso tomó esta decisión.
ResponderEliminarBesos Marilyn.
Asi es amig@mia, en algún lugar existe. Ojalá que no existan más...
ResponderEliminarBesos
Concuerdo con vos Toro, es más ningún motivo debería serlo.
ResponderEliminarBesos
Todos deberíamos aprender a decir NO, antes que sea demasiado tarde.
ResponderEliminarBesos Di.
Triste Lapislazuli, pero posible.
ResponderEliminarBesos
Generalmente quien decide suicidarse lo piensa, y aunque no lo hiciera son muertes que no debieran suceder.
ResponderEliminarBesos Karras
Gracias Towanda
ResponderEliminarBesos
Si, a veces es mejor ser un poquito egoístas.
ResponderEliminarGracias Roberto.
A veces se piensa que dando cosas materiales, todos los caprichos, se quiere más.
ResponderEliminarY no es así.
Creo que lo más difícil de educar es decir :"NO".
Esta historia es tristemente real, escritora.
Un abrazo.
Asi es Juglar
EliminarUn abrazo
Qué de acuerdo estoy con lo que te dice Juglar, su comentario es muy parecido a lo que vino a mi mente al leer la carta.
ResponderEliminarJulio debería haber pensado un poquito más en sí mismo, sobre todo si nadie estaba valorando lo que hacía.
Me gustó, un beso Gabriela
Excelente, una carta que nos hace pensar. Besos
ResponderEliminarGracias Hanna
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